martes, 24 de noviembre de 2015

El agua en Marambio

El agua que alimenta el cuerpo

La obtención del agua para la vida en la Base Marambio no es una tarea sencilla sino que se encuentra supeditada a distintas variables que, en su mayoría no son manejables por el ser humano, y que deben ser observadas cuidadosamente a los efectos de poder obtener el mejor resultado según la evolución de las mismas. La apreciación errónea de dichas variables y su posible evolución, puede llegar a derivar en consecuencias que pueden poner en riesgo el normal desenvolvimiento de la Base.

Hay dos maneras para obtener agua en Marambio:
1. Una es en su forma líquida colectando el agua que se genera con motivo del derretimiento del hielo y la nieve acumulada en la meseta, situación que se da cuando la temperatura ambiente supera los 0º centígrados;
2. La otra forma es forzando el derretimiento artificialmente mediante el uso de elementos técnicos disponibles para tal efecto, cuando la primera opción no es posible.

Cuando la temperatura ambiente supera los 0º centígrados, que comienza a darse generalmente a partir del mes de noviembre y puede llegar hasta el mes de abril, con la ayuda de la irradiación solar que impacta severamente sobre la superficie de la Antártida durante estos meses, comienza a producirse el derretimiento natural del hielo y la nieve acumulada entre las instalaciones de la Base, generando pequeños canales por donde se va escurriendo el agua siguiendo la pendiente descendente buscando llegar al Mar de Wedell como destino final.  Pero antes que esa agua abandone la meseta de la Isla, es colectada por dos importantes lagunas artificiales, que fueron hechas por integrantes de Dotaciones anteriores hace varios años, con el objeto de utilizarla para satisfacer la necesidad de este indispensable elemento para la vida de las personas.

Estas lagunas se encuentran cercana a las instalaciones principales de la Base (a unos 150 metros aproximadamente) y, mediante un sistema de bombas hidráulicas, mangueras y tuberías, se envía el agua hasta dos grandes cisternas con capacidad de 20 metros cúbicos cada una, que se encuentran dentro de dichas instalaciones, para luego ser tratada y distribuida para sus distintos usos. Durante nuestra campaña pudimos comenzar a utilizar las lagunas a partir del 16 de noviembre de 2012.

Gran parte del agua se la destina para ser utilizada en la higiene personal, lavado de ropa, sanitarios y limpieza del alojamiento; y una porción menor es tratada mediante el uso de un sistema de filtros y adición de químicos para convertirla en apta para el consumo humano como bebida y para la cocción de los alimentos. Esta última agua, está sujeta a control y análisis periódicos que se realizan sobre muestras que son enviadas a la ciudad de Río Gallegos (en los vuelos LAN) a fin de asegurar su calidad y salubridad.

Sector de Lagunas y Casilla de elementos de bombeo
Realizando mantenimiento al dique de contención de las lagunas
Laguna inferior
Cisternas de almacenamiento mayor de agua y bombas de elevación.
Cuando la laguna ya no tiene más agua en estado líquido, se utiliza la famosa y muy conocida “chancha” para derretir el hielo y la nieve. La “chancha” es una gran batea que en su base cuenta con una serpentina por la que circula aceite caliente que permite derretir dicho hielo y nieve, con capacidad para producir 2000 litros de agua por cada vez que se la completa la batea con la nieve y el hielo a derretir. Luego de logrado el derretimiento, el procedimiento que se aplica es el mismo que el utilizado para el agua obtenida de las lagunas.

Cuando se va el verano y las temperaturas permanecen siempre por debajo del 0º, las lagunas se comienzan a congelar, pero como el volumen del agua es importante y la profundidad  llega casi a los dos metros en su parte central, es posible seguir sacando agua perforando la capa de hielo que se forma en la superficie e introduciendo una manguera para que succione el agua que aún existe en estado líquido debajo de esa capa de hielo. Esto lo pudimos realizar hasta el mes de junio inclusive, gracias al esfuerzo realizado por los plomeros y un grupo de voluntarios liderados por el Coordinador.

Entre ambas formas de obtención del agua existen algunas diferencias que son importante que las conozcan. Una de las grandes diferencias es que el uso del derretidor demanda mucho más tiempo de trabajo a un mayor número de personas y consume una cantidad importante de combustible para el calentamiento del aceite y la otra gran diferencia es que el agua obtenida de las lagunas es más limpia y abundante, no demanda consumo extra de combustible, coincidiendo con la época del año en que la Base tiene su pico de consumo de agua debido a la gran cantidad de gente que la visita por el desarrollo de la Campaña Antártica de Verano.

Derretidor de hielo y nieve (chancha)
Cargando el derretidor mediante una pala mecánica
S.A. Horacio Marco (plomero) junto al derretidor listo para "hacer agua"
Pala mecánica juntando nieve para el derretidor

Perforación de la capa congelada de la laguna para extraer agua


El agua que alimenta el alma

La Isla Marambio tiene acotadas dimensiones (14 Km. de largo por 6 Km. de ancho en su parte más ancha), su forma es irregular y cuenta con una meseta a 220 metros sobre el nivel del mar, lugar más elevado de la Isla y donde se encuentra construida la pista y todas las instalaciones de la Base Marambio. Esto hace que el lugar en donde habitamos se convierta en un verdadero balcón natural con una inmejorable vista al Mar de Weddel.

Este privilegiado contexto geográfico le permiten a cualquier visitante de la Base admirar el espectáculo que nos brinda dicho mar, que tiene sus variaciones y cambios dependiendo de la época de año que se trate, de la hora del día, de la inclinación con la que impactan los rayos solares sobre su superficie, sobre la variación que se da en su conformación de sólido a líquido y viceversa, en los variados y movedizos témpanos que viajan sobre su superficie, en el congelamiento total del agua, en el azul intenso cuando grandes porciones se derriten completamente o cuando reflejan los distintos colores y matices del cielo en su superficie.

Otra panorámica que podíamos observar era la visualización de grandes témpanos, islas y contornos geográficos ubicados a gran distancia de la Isla, llegando a ver algunos de estos elementos ubicados a 70 u 80 kilómetros. Como ese fenómeno era algo nuevo e inusual para mí, lo consulté con nuestros meteorólogos especialistas en la materia, quienes me dieron como respuesta que ese alcance visual era fruto de la diafanidad y pureza del aire sumado al achatamiento de la tierra en estas latitudes que hacen más lejana la línea de vista y del horizonte óptico.

Son esos espectáculos visuales que alimentan el espíritu y que la descripción por medio de las palabras siempre resulta escasa para poder captar y transmitir en toda su dimensión la belleza expuesta ante nuestros ojos. Son esos momentos en los que uno vislumbra, en la pequeñez de su ser, que lo que presenciamos es fruto y obra de un ser superior creador.

Autor: Com (R) Horacio Carlos Alassia











martes, 17 de noviembre de 2015

Entre acontecimientos familiares, contratiempos y mucha actividad.

El mes de noviembre es un mes muy especial para mi familia, es un mes muy importante en cuanto a la sucesión de acontecimientos que son motivo de festejos, encuentros y emociones; acontecimientos que adquieren un valor afectivo y se potenciaron debido a las particulares circunstancias de tener que vivirlos lejos de los seres más queridos y de los amigos de siempre. Pero esta lejanía fue solamente física, porque el amor de muchos y el cariño de otros, contribuyeron a que esa distancia física desapareciera casi por completo, quedando solamente pendientes la agradable sensación de una abrazo o de un cariñosos beso. 


Sin duda alguna, la posibilidad que nos brindaron las distintas herramientas de comunicación, como el teléfono, Internet y aplicaciones como skype; colaboraron enormemente para poder compartir saludos, gestos, deseos, lágrimas y sonrisas, tanto de un lado como del otro.


Esos acontecimientos fueron el cumpleaños de mi ya fallecido Papá Miguel, que llegaba a sus 80 años de vida, el cumpleaños de mi hijo mayor Francisco y el mío propio, que por esas circunstancias providenciales de la vida, el nacimiento de Francisco y el mío, ocurrieron el mismo día, es decir un 13 de noviembre.

Para honrar a todos lo cumpleañeros, nos pusimos de acuerdo en organizar un festejo mensual para todos aquellos habitantes de la Base Marambio que cumplieran años durante el mes en curso, por lo que el último sábado de cada mes se preparaba una cena especial, en la que nombrábamos a todos los agasajados a los que, luego de apagar la tradicional vela encendida en la torta, le cantábamos el "feliz cumpleaños" y compartíamos el brindis con la mejor bebida con que contáramos en ese momento. Esta práctica, que la repetimos todos y cada uno de los meses de nuestra Campaña, contribuyó a afianzar la identidad del grupo, vivir muy buenos momentos en compañía de esta nueva "familia antártica" que se comenzó a forjar desde el momento mismo en que iniciamos nuestro curso pre-antártico y que se iba afianzando cada día más.

Otros que cumplieron años durante el mes de noviembre, fueron el el Encargado de Base Suboficial Principal Jorge Gutiérrez con el que liderábamos la nómina de personas de mayor edad dentro de los integrantes de la Dotación, el Suboficial Principal Horacio Betancour, encargado de Abastecimiento y el Cabo Principal Carlos Bowers, operador de Comunicaciones.

Pero, como podrán percibir, los momentos dedicados al ocio y los festejos eran eso, sólo momentos de escasa duración y el día a día en Marambio demandaba nuestra máxima concentración y disposición para llevar adelante las múltiples actividades que se desarrollaban. La situación que encontramos en relación con los medios técnicos de la Base no era perfecta ni mucho menos, y, en algunos de ellos, se evidenciaban deterioros importantes por diferentes motivos; como por ejemplo la obsolescencia de parte del material, el desgaste sufrido por el enorme esfuerzo al que son sometidos debido a las extremas condiciones climáticas bajo la cual deben funcionar, deficiencia en la realización de tareas de mantenimiento preventivo y la rotación anual del personal de la Base, ese pasa manos de especialista en especialista que afecta negativamente la continuidad y seguimiento adecuado de un eficiente mantenimiento.

Algunas máquinas y equipos comenzaron a tener roturas que, por su complejidad, requerían ser reparadas fuera de la Base y, su puesta fuera de servicio, comenzó a afectar el desarrollo de algunas actividades. Fue el caso del camión volcador utilizado para movimiento de carga y suelo (esencial para el mantenimiento de la pista y el movimiento general de la Base), el autoelevador utilizado para la operación de carga y descarga de los Hércules C-130, una camioneta para movimiento de personal, un tractor para remolque y un equipo de puesta en marcha de aeronaves utilizado también para los Hércules C-130 durante el tiempo de permanencia en la Base. 

Para salvar esta problemática debimos poner en marcha tres cursos de acción, en primer lugar gestionar el refuerzo de personal de Transporte de Marambio con otro mecánico más (se sumó como refuerzo de Dotación el Suboficial Ayudante Albano Suárez); en segundo lugar debimos gestionar bodega en los vuelos LAN(1) para enviar a Río Gallegos y luego a Buenos Aires las máquinas que no se podían reparar en la Base y, por último, ajustar las coordinaciones con la Dirección de Asuntos Antárticos (DAA) a fin que los requerimientos sean atendidos lo más urgente posible. Este fue uno de los momento en que tuve que apelar a mi firmeza de carácter, a la experiencia y jerarquía para lograr obtener los resultados deseados; que fue complementado con el esfuerzo de los técnicos y especialistas con que contaba en la Dotación, que demostraron su capacidad y respondieron a la altura que las circunstancias le demandaron.

A los pocos días de iniciadas las coordinaciones con la Dirección, pudimos intercambiar el autoelevador dañado por uno que se encontraba en Río Gallegos, logrando con ello recuperar la capacidad plena para recibir y enviar carga paletizada (2) por medio del Hércules. En el caso del otro material con inconvenientes, las soluciones se fueron obteniendo en la medida del arribo de los repuestos (excepto el caso del camión  y la camioneta que fueron enviados a Buenos Aires y no los volvimos a tener durante el resto de la Campaña) y la asistencia de personal técnico que era comisionado a la Base para atender temas muy complejos cuando los mismos superaban el conocimiento de nuestro personal.

Otro inconveniente que se presentó en esos días de noviembre, fue el relacionado con la imposibilidad que tuvo el Grupo de Trabajo destacado en la Base para realizar las tareas de acondicionamiento del Hangar para que pudieran operar los helicópteros MI 171-E durante la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2012/2013 según el cronograma previamente establecido. La causa de este contratiempo fue puramente logística, al no contar en la Base con la materia prima necesaria (perfiles y vigas de hierro de distintos tamaños) para ejecutar en tiempo y forma la tarea planificada. Esta demora estuvo originada en la cadena logística en la que intervino como organismo ejecutor de la compra, la Oficina Logística para la Defensa dependiente del Ministerio de Defensa. La evolución de esta situación era informada periódicamente a la Dirección de Asuntos Antárticos (DAA) a fin que se tenga en consideración que era muy factible que los trabajos no se terminaran a tiempo  y la dificultad que tendrían los mencionados helicópteros en operar en Marambio sin la posibilidad de utilizar el hangar para su mantenimiento, a los efectos de definir si se mantenía el plan de traslados de lo MI 171-E o se operaría con los Bell 212 como se venía realizando habitualmente.

Por lo tanto, los 17 especialistas integrantes de Grupo de Trabajo Hangar liderados por el Capitán Rueda, pudieron realizar sólo algunas de las tareas previstas hasta que se agotó el material disponible que llegaba en los Hércules a cuentagotas y a destiempo.

Debido a esta situación de no poder avanzar en su trabajo específico, le solicité su colaboración para realizar tareas de mantenimiento general de la Base, actividad que era asignada y supervisada por el Coordinador Mayor Saravia, a quien siempre le faltaba mano de obra para la realización de las innumerables actividades que se realizaban por esos días. Fue así que fueron asignados para sumarse a las actividades colaborando en la reparación y repintado de las pasarelas, la impermeabilización de techos del alojamiento principal, la recuperación de la casa de emergencia, la liberación de salidas de emergencia obstruidas por las intensas nevadas, etc.; transformado lo que era un hecho negativo para una tarea (el hangar) en algo positivo para el resto de las necesidades de la Base. 

Autor: Comodoro (R) Horacio Carlos Alassia

(1) LAN: Vuelos Logístico Antártico que realizan los Hércules C-130 e implica varios cruces entre Río Gallegos - Base Marambio - Río Gallegos hasta completar la tarea planificada.
(2) Carga de diverso tipo y volumen acondicionada sobre pallets metálicos especiales para aviones Hércules C-130.
(3) Los invito a visitar este sitio en el que podrán ver el rostro de cada uno de los integrantes de la Dotación 44. 
http://www.marambio.aq/dotaciones/44/index.html



Pintando los pasamanos de las pasarelas


Impermeabilizando techos del alojamiento mediante la aplicación de membrana asfáltica

Sacando nieva de las Salidas de Emergencia y ventanas
Construyendo chimeneas para los calefactores en el Obrador

Trasladando vigas y perfiles de hierro desde la pista al Obrador


Bases y columnas construidas a la espera de su instalación

Realizando pozos para instalar bases metálicas para amarre de Aeronaves



miércoles, 11 de noviembre de 2015

Dotacion 44.....manos a la obra

Como lo dice la Misión de la Base Antártica Marambio, la tarea principal que de ella se desprende y que los integrantes de la Dotación debimos cumplir durante nuestra permanencia, era la de mantener las instalaciones en condiciones tales que permitan brindar el apoyo logístico a la actividad científica prevista por nuestro país y operar eficientemente todos los medios puestos a disposición.

Para cumplir con este cometido la Dirección de Asuntos Antárticos de la Fuerza Aérea nos capacitó durante casi 40 días en los cursos dictados en sus instalaciones y, durante una semana, en dependencias de la Dirección Antártica del Ejército (junto a integrantes de las futuras dotaciones de las otras 5 Bases Antárticas permanentes).

Asimismo y, de acuerdo con el estado general de la Base y las actividades previstas para realizar durante la Campaña anual, la Dirección de Asuntos Antárticos establece todos los años un Plan de Trabajo a ser desarrollado en forma anual por las distintas Dotaciones, que contemplaba tareas de mantenimiento preventivo de instalaciones y sistemas de la Base, tareas relacionadas con la aplicación de las normas ISO 14001 de cuidado del Medio Ambiente, modernización o recambio de equipos, instalación de nuevos sistemas o servicios y otras tareas varias.

No obstante ello, le ordené al Coordinador que junto con los distintos servicios de la Base, realice un informe basado en un exhaustivo relevamiento de la situación real en que se encontraba, a los efectos de determinar las prioridades de las tareas a realizar y que nos indicarían los pasos a seguir en los primeros días de gestión, dándole mayor importancia a aquellos aspectos que tenían relación directa con el acondicionamiento de las instalaciones que permitieran alojar al importante número de visitantes que llegan a Marambio durante el desarrollo de la Campaña Antártica de Verano (1) sin descuidar los aspectos relacionados con la calidad de vida de las personas, la supervivencia y la seguridad de las instalaciones.

Con el estado de situación en mano, junto con el Coordinador, establecimos las prioridades y elaboramos un Plan de Trabajo propio que se sumaba al entregado por la Dirección de Asuntos Antárticos, para el cual se requeriría contar con un número importante de insumos, repuestos y elementos varios para llevarlo adelante y que no contábamos en su totalidad en los depósitos de Marambio. Los mismos fueron requeridos a la Dirección, en la persona del responsable logístico, el Vicecomodoro Pablo Dip, que nos brindó desde el primer día su apoyo y disposición total en la atención de las necesidades planteadas, realizando la gestión de nuestros pedidos para luego enviarlos a la Base en la medida que eran obtenidos y se dispusiera de bodega en los vuelos LAN para ser enviados y que pudiéramos ir realizando los trabajos previstos.

Además solicité a la DAA apoyo para reforzar algunos servicios con personal a fin de lograr recuperar y mantener algunos equipos y sistemas que se encontraban con inconvenientes; pedido que fue rápidamente atendido, por lo que pudimos contar durante gran parte de la campaña y en forma escalonada, con la colaboración del S. A. Horacio Marco en el área de Plomería; el S.A. Albano Suárez cómo Mecánico; el S. Aux. Norberto Nadalín y el C. P. Rubén Gómez en la Usina y el S. Aux. Juan Marín en el área Técnica.

Unos días antes de nuestra llegada, trasladaron a Marambio a un Grupo de Trabajo compuesto por técnicos liderados por el Capitán Ingeniero José Rueda de la Dirección de Infraestructura de la Fuerza Aérea con la tarea de realizar las obras de acondicionamiento necesarias en el hangar a fin que pueda operar el helicóptero MI 171 E durante la CAV 2012/2013 y en el vuelo del 2 de noviembre arribó el resto de los integrantes de la Dotación y personal de la DAA; por lo que al finalizar la primer semana de noviembre, la población de la Base llegaba a las 75 personas.

 A partir de allí todos nos pusimos “manos a la obra”, dándole prioridad a la recuperación de la Casa de Emergencia (lugar en el que se alojarían el personal de Helicópteros), al mantenimiento de las máquinas viales, a las obras de acondicionamiento del hangar para la llegada de los helicópteros MI 171 E y a la limpieza y ordenamiento de los distintos sectores como una premisa básica en lo que respecta a la prevención de incidentes y accidentes.



Asimismo, todos los integrantes de la Dotación 44 y aquellos que por distintos motivos habitaban la Base, comenzamos poco a poco a familiarizarnos con sus instalaciones y con la Isla Marambio, interactuando con todo lo que allí había hecho el hombre y su maravilloso entorno natural, lo realizamos tanto aquellos que ya la conocían y tenían experiencia previa como aquellos, como en mi caso, que era nuestra primera vez. Comenzamos a visitar y conocer cada una de las dependencias, oficinas, talleres, espacios de uso común, depósitos, etc.; luego tímidamente nos animamos a recorrer en los tiempos libres el suelo antártico en esta particular isla que eligieron construir una pista los pioneros antárticos de la Fuerza Aérea; comenzando primero con las inmediaciones cercanas a las instalaciones, para luego ir ampliando la dimensión de esa especie de círculo imaginario hasta llegar a realizar “expediciones” de varias horas.

Autor: Comodoro (R) Horacio Carlos Alassia


(1)    Campaña Antártica de Verano: Se desarrolla entre los meses de diciembre y marzo inclusive e implica el despliegue de gran cantidad de científicos nacionales y extranjeros, medios aéreos (Helicópteros), Grupos de Trabajo, visitas de autoridades, operaciones de abastecimiento anual y despliegue/repliegue de la Dotación de la Base Antártica Esperanza.

Vista aérea de las instalaciones de la Base Marambio y la meseta de la Isla


Hamgar y antenas de comunicaciones, televisión satelital e internet

Sector de la Plaza de Armas y mástiles cercano a la pista


A la izquierda Pabellón Científico y al fondo las instalaciones principales de Marambio
Torre de Control de Vuelo, Terminal de Cargas y Depósito de Víveres no perecederos

Casa de Emergencia

Batería de cisternas de Gas Oil Antártico (GOA) que terminan en el edificio de la Usina


Terminal de Pasajeros

Vista exterior del edificio de la Usina

viernes, 6 de noviembre de 2015

Cuando comenzamos a depender sólo de nosotros

En el instante que despegó el C 130 de la pista de la Base llevando de regreso a las Autoridades e invitados especiales que concurrieron a mi puesta en funciones y la celebración de un nuevo aniversario de su creación, no cruzamos las miradas con el Coordinador Mayor Roberto Saravia y automáticamente comprendimos que desde ese momento, toda la responsabilidad de lo que pasara  en la querida Base Marambio era completamente nuestra y debíamos poner manos a la obra en todas las áreas y servicios sin demora; por lo que apelamos a la experiencia de los viejos antárticos que integraban la Dotación 44, fundamentalmente a nuestro Encargado de Base, el Suboficial Principal Jorge Gutiérrez, para ordenar nuestras primeras acciones.

El norte que nos debía guiar en forma permanente era el cumplir con la MISION que todo organismo de la Fuerza Aérea tiene impuesto por la conducción superior y que se plasma en el documento que se denomina Manual Orgánico. La Misión de la Base Antártica Marambio es:

“ALCANZAR Y MANTENER LA CAPACIDAD LOGÍSTICA QUE PERMITA BRINDAR APOYO A LAS ACTIVIDADES DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA NACIONAL Y EXTRANJERA QUE SE REALICEN EN EL CONTINENTE ANTÁRTICO, A FIN DE CONTRIBUIR AL CUMPLIMIENTO DE LAS TAREAS DEL ORGANISMO SUPERIOR” 
 
La Dotación 43 permaneció unos días más en la Base por dos razones, por un lado el C 130 que nos depositó en la Base no tenía capacidad para llevar de regreso a la totalidad de los integrantes de dicha Dotación debido a que se tuvieron que utilizar plazas disponibles para el repliegue de otro personal con mayor prioridad de traslado, y por otro lado, se utilizaría el tiempo de espera hasta la llegada del próximo vuelo para realizar el traspaso de los servicios entre los especialistas salientes y los nuevos de la Dotación 44, para conocer las novedades más importantes, las necesidades, las tareas en curso, los trabajos pendientes, etc. En mi caso, junto con el Comodoro Videla, realizamos un recorrido por casi la totalidad de las instalaciones de la Base, en el cual me interioricé de las cuestiones más relevantes de cada área, a los efectos de tener un primer estado de situación.

Luego de la cena del primer día en la Base, realicé en mi oficina una reunión de trabajo junto al Coordinador y el Encargado de Base a los efectos de determinar los horarios de funcionamiento, las primeras actividades a desarrollar y definir medidas de coordinación general. Establecimos que a partir del día 01 de noviembre entrara en vigencia el horario previsto para ser aplicado durante toda la Campaña Antártica de Verano (CAV), período en el que desarrollaríamos las tareas en dos turnos a partir de las 07:30 horas y hasta las 18:30 horas de lunes a viernes con un descanso de dos horas y media al mediodía para almorzar y recuperar fuerzas; limitando la actividad los días sábados a medio día desde las 08:00 horas hasta las 13:30 horas y siendo los domingos el día de descanso sin actividad laboral. Estos horarios fueron establecidos para poder organizarnos  internamente y que cada uno de los que habitaban la Base sepa cuáles eran los momentos de trabajo, almuerzo, cena y descanso, para que sean respetados como una forma importante de convivencia en una comunidad en la que todos deben cumplir su rol en forma solidaria y responsable.


La actividad comenzaba con una presentación de todo el personal al Coordinador, en la que se establecían las distintas actividades diarias que se iban a realizar a fin que cada servicio tenga conocimiento de todo el movimiento general de la Base y que rol debía cumplir cada uno en aquellas que involucraban coordinaciones de varios servicios a la vez, A esta presentación concurría personalmente una vez por semana (generalmente los días miércoles) a fin de establecer en las mismas criterios que hacían a la convivencia antártica, realizar recomendaciones, difundir comunicaciones relacionados con el quehacer de la Fuera Aérea, realizar la lectura de efemérides semanales y  comunicar alguna noticia o evento de carácter general.

Para alegría de la Dotación 43, el día 2 de Noviembre se cumplió la programación del LAN(i) que los llevó de regreso a sus hogares al encuentro con sus seres queridos, luego de brindar sus servicios durante un año en cumplimiento de la Misión, por lo que la Fuerza Aérea en particular y la Nación toda, les brindó su reconocimiento y agradecimiento por la labor realizada. En ese vuelo regresó mi hijo Ignacio, luego de haber conocido y compartido juntos tres días de riguroso clima en la Base (con temporal de nieve incluido). 

A partir de ese momento nos teníamos nosotros solamente, los integrantes de la Dotación 44, como equipo de trabajo, sin nadie a quien preguntarle, para llevar adelante de la mejor forma posible, en función de las capacidades y la voluntad de cada uno, los destinos de la Base Marambio.

La Dotación 44 quedó conformada de la siguiente manera:

* Jefe: Com. Horacio Alassia
* Coordinador: My. Roberto Saravia
* Comunicaciones: 1º Ten Geremias Sivrigian(Jefe); S.P. Cristian Sotelo (Enc.); S.Aux. Martín Avila y C.P. Carlos Bowers.
* Servicios Generales: Ten. Matías Luna (Jefe)
* Servicio Médico: Ten. Adriana Cari (Auxiliar)
* Encargado de Base: S.P. Jorge Gutiérrez
* Transporte: S.P. Ricardo Martínez (Enc.); S.A. Walter Giorgio; S.Aux. Roque Peralta y C1º Fernando Orellana.
* Ayudantía: S.P. Jorge Escudero
* Usina: S.P. Alejandro Bulacio (Enc.); S.P. Díaz Carlos; S.A. Raúl Velazquez y C1º Jorge Quiñones.
* Abastastecimiento: S.P. Horacio Betancour
* Carpintero: S.A. José Romero
* Contraincendio: S.A. Pedro Ponce (Enc.); S.Aux. Alfredo Amaya; C.P. Nicolás Manazzune y C1º Lucas Colli.
* Meteorología: S.A. Omar Skrivanelli (Enc.); S. Aux. Eduardo Troncoso; S.Aux. Ariel Zabala; C.P. Edgardo Catalán; C1º Damian Manzanelli y C1º Gina Ponzo.
* Electrónicos: S.A. Sergio López (Enc.) y S. Aux. Pedro López .
* Electricistas: S.Aux. Gustavo Gonzáles (Enc.) y C.P. Carlos Bosso.
* Controlador Aéreo: C.P. Fernando Aimi.
* Plomeros/Gasistas: C.P. Carlos Bustamante (Enc.) y C.1º Hugo Heredia.
* Cocineros: C.1º Maximiliano Alvarez Bulfón (Enc.) y PC Jorge Díaz.

A estos 39 especialistas se les debe sumar un médico (fueron 4 que se repartieron el año en períodos de entre 2 y 4 meses cada uno), un pronosticador meteorológico (fueron 3 que estuvieron entre 2 y 4 meses cada uno) y refuerzos de Dotación en el área de Transporte, Plomería, Usina y Electrónica, llegando a conformar una Dotación ampliada de 44 integrantes.



AUTOR: Comodoro (R) Horacio Carlos Alassia


(i) LAN: Vuelo Logístico Antártico que implicaba la realización de más de un cruce entre Río Gallegos y Marambio por parte de los Hércules C 130.

Recorriendo las instalaciones de la Base junto al Com. Enrique Videla

El My.Saravia realizando tareas de coordinación en su oficina junto al Encargado de Base y el Jefe de Servicios Generales

Aspecto en el que se encontraba la meseta de la Isla Marambio los primeros días de Noviembre de 2012

Otra vista de las condiciones exteriores de la Base en Noviembre de 2012

                           
                           

martes, 3 de noviembre de 2015

El comienzo de vivir un sueño

El día 30 de Octubre del 2012 amaneció con muy buena meteorología, tanto en la ciudad de Río Gallegos como en la la Base Antártica Marambio, por lo que estaban dadas las condiciones para que el Hércules C 130 matrícula militar TC 70 nos trasladara para que comenzáramos a cumplir con nuestra "Misión Antártica".


Según lo coordinado la noche anterior, tuvimos diana lo suficientemente temprano como para calzarnos la indumentaria antártica (denominada Uniforme de Cruce) que se destaca por la ya conocida campera de color naranja intenso, terminar de preparar el equipaje individual, desayunar y estar listos para ser trasladados desde los distintos alojamientos en los que estábamos los integrantes de la Dotación y la Comitiva Oficial hasta el imponente C 130.



Cuando llegamos a la plataforma de estacionamiento de aeronaves, reinaba un clima de ansiedad,  de bullicio y alegría que se notaba en las expresiones y los rostros de los que estábamos a punto de iniciar el segundo y último tramo del vuelo que nos depositara finalmente en la Base Marambio. Allí nos aguardaba la "Chancha" con su tripulación ampliada (en estos vuelos la tripulación se refuerza con más integrantes debido al esfuerzo y el riesgo que implica esta operación aérea) al mando del Vicecomodoro Marcelo García de vasta experiencia en vuelos antárticos.


Hércules C 130 TC 70 en la plataforma de aeronaves de la Base Aérea Militar de Río Gallegos previo a la salida hacia Marambio
Integrantes de la Dotación 44 y Autoridades previo al embarque en el C 130

Autoridades e invitados junto al Jefe de Base entrante previo al embarque

A las 10:10 horas y con  euforia generalizada en los integrantes de la Dotación 44, despegó el Hércules rumbo a la Base Antártica Marambio, lugar al que solamente conocía por lo leído, estudiado y oído de los "viejos" antárticos. Sería mi primer contacto físico con ese pedazo de planeta tan difícil de acceder e imposible para la vida del ser humano sin apoyo o soporte de elementos tecnológicos que se lo permitieran. Estaba a poco más de 3 horas de comenzar a vivir un viejo anhelo, un verdadero sueño, un desafío profesional y personal, con toda la expectativa y el corazón dispuesto para dar lo mejor de mí, para volcar toda mi experiencia acumulada en 34 años de servicio en cumplimiento de la misión.

A las 3 horas y 5 minutos de vuelo, siendo las 13:15 horas, la “chancha” se posó pesadamente sobre el permafrost de la pequeña pista de 1200 metros de largo por 30 metros de ancho, colocando el reversor de sus hélices inmediatamente a fin de frenar su marcha con el menor uso de los frenos posible, en medio de fuertes vibraciones, con el estallido automático del aplauso y expresiones de júbilo de los pasajeros, disminuyó su marcha, dio un giro de 180º sobre la cabecera sur (06) y lentamente carreteó hacia el lugar de detención.

Antes de descender, nos advirtieron que nos abrigáramos muy bien porque la temperatura era baja y se sentía mucho el frío por el efecto del viento. Con el corazón latiendo aceleradamente ante la inminencia de entrar en contacto con suelo antártico, comenzamos a bajar. Al pié del avión nos estaba esperando en una fila que predominaba el color naranja, el Jefe Saliente de la Base, el Comodoro Enrique Videla acompañado por el Comodoro Roberto Aguirre de la Dirección de Asuntos Antárticos y algunos de los integrantes de la Dotación 43. Ni bien puse el pié fuera del avión, me azotó un frío e intenso viento en el rostro que parecía agujas que se incrustaban en los pómulos, se me congelaban las manos debido a que para el saludo es de estilo hacerlo sin el uso de guantes. Luego, nos trasladamos a través de las pasarelas, a las dependencias del alojamiento principal de la Base distante a unos 350 metros de donde se detuvo la aeronave. En ese trayecto, doy gracias a que mi hijo Ignacio, que estaba siempre detrás de mí, porque en mi afán por protegerme del frío, colocarme la capucha de la campera, ponerme los guantes y sostener mi mochila se me iban cayendo sistemáticamente guantes y gorro de abrigo que Ignacio iba recogiendo. Luego, supe que la temperatura en el momento del arribo era de 19 grados bajo cero, con lo que era la primera vez que experimentaba la sensación de tan baja temperatura ambiente.




Realizamos la espera del inicio de la ceremonia junto con las Autoridades en la oficina del Jefe de Base, donde coordinamos algunos aspectos inherentes al acto en sí y nos dirigimos al hangar, lugar donde se realizó la ceremonia, que fue muy sencilla, en donde el Comodoro Enrique Videla (Jefe de la Dotación saliente) nos dirigió unas palabras de despedida, luego le fue entregada la banderola que lo acompañó durante su año de gestión y, por último, el Comandante de Alistamiento y Adiestramiento me puso en funciones como nuevo Jefe de Base Antártica Marambio. Terminada la ceremonia nos dirigimos al salón comedor en donde nos esperaba un variado ágape elaborado en su totalidad por los cocineros de la Dotación 43, que degustamos y compartimos con mucho entusiasmo, luego del cual el Comandante ofreció el brindis dando por finalizada la parte protocolar.

Desde ese momento era oficialmente el nuevo Jefe de Base, por el que todos los presentes me expresaron sus mejores deseos en la futura gestión e inmediatamente de finalizado el ágape, tuve que cumplir con mi primera obligación protocolar, que fue la de despedir al Comandante y acompañarlo a abordar nuevamente el C 130 junto con las Autoridades y los invitados especiales que regresaban a la ciudad de Río Gallegos. El único invitado especial que permaneció en la Base fue mi hijo Ignacio hasta la venida del próximo C 130 que traería al resto de los integrantes de la Dotación 44 que tuvieron que quedarse por falta de espacio en el Fokker F 28.

Quiero finalizar esta publicación expresando públicamente mi agradecimiento a mi amigo, compañero de promoción de la Escuela de Aviación Militar y padrino de mi hija, Comodoro Eduardo Daniel Mateo, por haber aceptado la invitación de acompañarme en ese momento tan importante de mi vida y mi carrera profesional.


AUTOR: Comodoro (R) Horacio Carlos Alassia


En la cabina del Hércules C 130, de izq. a der. quien escribe, el Com. Eduardo Mateo y mi hijo el Alf. Ignacio Alassia 

Momento en que el Hércules C 130 TC 70 toca suelo de la pista de Marambio el 30/OCT/2012

Descenso del Hércules y recibidos por el Jefe de Base saliente e integrantes de la Dotación 43



Ceremonia de Aniversario de la Base y Puesta en Funciones del nuevo Jefe de Base
Vista de la formación durante la Ceremonia realizada en el Hangar de la Base

Momento en que le hago entrega de la Banderola al Com. Enrique Videla (Jefe de Base saliente)

Vista del salón comedor en donde se llevó a cabo el ágape luego de la Ceremonia