Como lo anticipé en la primera publicación de este incipiente blog; el que espero se pueda prolongar en el tiempo para poder enriquecerlo y lograr cumplir con las expectativas de todas las personas interesadas en saber y conocer cómo es vivir y trabajar en la Base Antártica Marambio; compartiré en esta oportunidad las sensaciones y situaciones vividas en el momento real en que se comienza a cristalizar el sueño de ser parte de la actividad que se desarrolla en una Base Antártica, sueño acuñado en el interior de uno mismo durante mucho tiempo y que se convertiría en una feliz y emocionante realidad.
Durante el desarrollo de las publicaciones, voy a ir describiendo los hechos vividos durante mi experiencia en la Campaña 2012/2013 de tal forma que sean coincidentes o lo más aproximado posible al momento actual, a los fines que el lector pueda hacer una composición de tiempo y espacio como si estuviera compartiendo en el momento lo vivido por los antárticos de la Base Marambio. Asimismo, realizaré publicaciones de momentos vividos con anterioridad, como una manera de transmitir los por qué de algunas cosas y para que se conozca, por ejemplo, cómo se llegó a conformar el grupo que integró la Dotación 44 de la Base Antártica Marambio y me acompañó durante poco más de un año en esta hermosa e irrepetible experiencia.
Hace exactamente 3 años, es decir el 29 de octubre del 2012, el grueso de la Dotación 44 iniciamos la primera etapa (de dos) del traslado hacia Marambio desde la Terminal de Pasajeros de la Iº Brigada Aérea de El Palomar hacia la Base Aérea Militar de la ciudad de Río Gallegos, provincia de Santa Cruz. Pero esta primera etapa de nuestro viaje al destino tan esperado por todos, no se dio de un día para el otro sin antes sortear algunos inconvenientes, fundamentalmente relacionados con el estado técnico-operativo de las aeronaves de la Fuerza Aérea, y haber vivido una serie de vicisitudes derivadas de estos inconvenientes, que reflejan lo complejo de la situación.
La fecha que se planifica para el
despliegue de la Dotación entrante y puesta en funciones del nuevo Jefe es el 29 de Octubre de cada año, haciéndolo coincidir con el aniversario de la fundación de la Base, Debido a los innumerables y
constantes inconvenientes técnicos que presentaban los aviones Hércules C 130,
la fecha de partida no estaba confirmada y como nos encontrábamos en nuestros
hogares a la espera de la confirmación de la fecha, debíamos estar atentos a las comunicaciones que nos haría el turno de
la Dirección de Asuntos Antárticos, con la información del día, la hora de la
partida y el horario de presentación en la Terminal de Pasajeros de la I
Brigada Aérea de El Palomar. Lo previsto inicialmente era que en una aeronave
viaje la Dotación 44, menos su Jefe, uno o dos días antes del 29 de octubre;
para luego ese día arriben el Jefe entrante, las
Autoridades de la Fuerza Aérea y los invitados especiales que se los convoca
para ese evento tan importante para la actividad antártica en general y para la
Base Marambio en particular. Pero, como dije más arriba, el
aspecto que dominó la situación fue el estado técnico de los C 130. Llegada la
fecha prevista del primer vuelo con la Dotación – menos su Jefe- pactado para
el día 27 de Octubre fue convocado el personal, que embarcaron y despegaron normalmente,
pero a los pocos minutos de vuelo el C 130 presentó una falla técnica que le
impedía continuar su vuelo, debiendo regresar a la I Brigada Aérea cancelando
sin fecha confirmada la reanudación del vuelo. Por ello se le indicó a la
Dotación que haga espera en Buenos Aires y se los convocó nuevamente para el
día lunes 29 de Octubre; sin tener aún confirmado qué pasaría con el vuelo en
el que se trasladaría al nuevo Jefe de Base junto con las autoridades e
invitados especiales.
Yo continuaba realizando la espera en mi domicilio en la ciudad de Rosario (provincia de Santa Fe) pero como ya era lunes y
el vuelo si no salía ese mismo día, lo haría muy probablemente el día
siguiente, decidimos junto con mi Esposa ir a El Palomar y hacer la espera allí,
a fin de quedarnos más tranquilos y no andar a las corridas. Fue así que, junto
a tres de mis hijos, a
media mañana del lunes partimos con tranquilidad hacia Buenos Aires. Ya en ruta
y antes de llegar a la primer estación de peaje que tiene la autopista Rosario
– Buenos Aires en proximidades de la localidad de General Lagos, a unos 20
kilómetros de Rosario, recibo un llamado a mi teléfono celular del Capitán
Alexis Hernández de la Dirección de Asuntos Antárticos, que me comenta que el C
130 que debe llevar la Dotación se encuentra fuera de servicio sin fecha
probable de su reparación, que según las estimaciones del personal técnico tenía
para 2 o 3 días más de demora; y me sugiere que regrese a mi casa y que espere
allí el nuevo llamado de la Dirección.
Con esta nueva información volvimos
sobre nuestros pasos, dejamos a mi hijo Federico en su trabajo, y a unas
cuadras antes de llegar a mi domicilio recibí un nuevo llamado a mi teléfono
celular, pero esta vez de parte del Mayor Roberto Saravia (integrante de la Dotación y segundo al mando de la misma) diciéndome que el
Comandante de Alistamiento y Adiestramiento, Brigadier Mayor Marcelo Ayerdi,
ordenó el reemplazo del C 130 por un Fokker F 28 para trasladar a las
autoridades, invitados especiales y parte de la Dotación 44 hasta la Base Aérea
Militar de Río Gallegos, con horario de despegue previsto para las 15:30 horas,
para realizar el cruce a la Base Marambio y mi puesta en funciones al día
siguiente, utilizando el C 130 que estaba en servicio en Río Gallegos. Eran las 12:20 horas, estaba junto a parte de
mi familia en la ciudad de Rosario, a 02:10 horas del horario de despegue
indicado por el Comandante, por lo que le comuniqué al Mayor que cerca de ese
horario iba a estar allá y que lo tendría al tanto de mis movimientos.
Con este nuevo cuadro de
situación comenzamos un movimiento frenético de relanzamiento de nuestro viaje
a El Palomar, dirigiéndonos hasta nuestro domicilia a recoger algo de comida,
pasar a buscar nuevamente a Federico a su trabajo para ponernos sin mas demoras en
camino. Alrededor de las 13:00 horas estábamos nuevamente en la autopista rumbo
a El Palomar, con la meteorología no muy buena ya que había comenzado a
lloviznar según lo pronosticado para este día. Como uno de mis hijos, Ignacio, que
también es Oficial de la Fuerza Aérea, se encontraba trabajando en Buenos Aires
y esperaba que le comunicara cuándo iba a ser el día y la hora de mi partida, debido
a que me acompañaría en el vuelo hacia Marambio como invitado especial del Jefe
de Base entrante, y ya en ruta le avisamos de la novedad para que se trasladara inmediatamente hasta la
I Brigada Aérea y nos encontremos allí.
Después de dos horas y media de
viaje y a una velocidad por encima de la máxima permitida, con llovizna y
chubascos intermitentes, con llamadas telefónicas informando nuestra situación,
con el manejo del auto en manos de Emilce debido a que yo me encontraba muy
nervioso por la situación y no estaba en buenas condiciones para manejar,
llegamos a la Terminal de Pasajeros de la I Brigada Aérea, en donde nos estaban
esperando Ignacio y todos los que debían viajar, pues fui el último en llegar. Ya se encontraban el Comandante, las Autoridades, los invitados especiales, la
Dotación 44 y muchos…muchos familiares que concurrieron a despedir a los
futuros antárticos.
Llegó entonces el momento de la despedida de nuestros seres más quieridos, de los abrazos, de los deseos, de las últimas recomendaciones, de las miradas, de los silencios, de las lágrimas. Fue un momento muy especial, que no es muy fácil de describir debido a que el que se va está a punto de cumplir con un objetivo en algunos casos y con un sueño en otros, pero a la vez, siente esa tristeza de saber que la despedida va a ser por un tiempo prolongado, que la distancia real con la Base es prácticamente imposible de sortear, que ante cualquier imponderable familiar o personal la única manera de estar será a través de las palabras pero nunca físicamente. Es un esfuerzo que lo realizan las dos partes, el que se va pone su cuerpo y sus conocimientos al servicio del cumplimiento de una misión, pero los que se quedan deben continuar sosteniendo el hogar desde todo punto de vista, a la espera que el año pase de la mejor forma posible, esperando no tener que sufrir males mayores ni que enfrentar ninguna situación desagradable. Para nosotros, lo que creemos en Dios, sabemos que estas empresas no se pueden llevar adelante y llegar a buen destino sin su ayuda y por ello depositamos en Él nuestra confianza y rogamos por su bendición y amparo permanente.
Arribamos a Río Gallegos luego de 04:15 horas y siendo las 20:30 horas, habiendo realizado escalas técnicas en Bahía Blanca y Comodoro Rivadavia, en un vuelo sereno y sin inconvenientes, en donde nos estaba esperando su Jefe de Base, el Comodoro José Videla y el Jefe de la IXº Brigada Aérea y, Comodoro Oscar Charadía (Presidente de la Promoción XLVII de la Escuela de Aviación Militar a la cual pertenezco), con los que nos confundimos en un fuerte y fraternal abrazo. Luego todos fuimos conducidos a dependencias de la Dirección de Asuntos Antárticos en donde el Capitán Sebastián Alonso nos brindó, como es habitual en estos casos, una exposición sobre distintos aspectos de la Base Marambio para aquellas personas que la visitarán por primera vez, en la que se mencionan aspectos de cómo desenvolverse dentro de la misma, reconmendaciones sobre la seguridad personal, las instalaciones, las medidas de cuidado del medio ambiente, los sectores de circulación restrigida, etc. Luego de ello fuimos derivados a los respectivos alojamientos, siendo el Casino de Oficiales de la Base para las Autoridades, invitados especiales y Oficiales; el Casino de Suboficiales para los Suboficiales y la Gamela Antártica(i) para el resto de las personas.
Como mencioné más arriba, en el Fokker viajó el grueso de la Dotación 44 y no la totalidad, ello debido a que la capacidad de esta aeronave es menor a la del Hércules, por lo que se debió "bajar" a 9 integrantes que serían posteriormente trasladados cuando el C 130 se encuentrara en condiciones de operación para llevarlos hasta su destino final, es decir la Base Antártica Marambio.
AUTOR: Comodoro (R) Horacio Carlos Alassia
Fokker F 28 que trasladó la Dotación y Autoridades a Río Gallegos |
De izq. a der. Com. Eduardo Mateo, Com Horacio Alassia y CN Valentín Sans Rodríguez |
Cabina de pasajeros durante el traslado a Río Gallego |
Capitán Sebastián Alonso dando la conferencia.