La Isla Marambio no se destaca por su fauna como otros lugares del Continente Antártico, como lo es el oeste de la península en el que confluyen una gran variedad de mamíferos marinos, peces y aves por ser una zona que posee características climáticas y geográficas más favorables para la vida y la reproducción de varias especies, que se manifiesta entre los meses de octubre y marzo de cada año.
No obstante ello, a partir del inicio de la primavera austral, comienzan a acercarse a las costas de la isla algunas especies de aves, mamíferos marinos y peces; dentro de los que se destacan gaviotas, skúas, albatros y pingüinos. Estos últimos, en su variedad conocida como adelia, conforman una importante colonia que se instala todos los años en el sur este de la isla (lugar denominado Punta Pingüino) para cumplir con su ciclo de reproducción anual, transformándose en un lugar en el que conviven con gaviotas y skúas (uno de sus naturales depredadores).
Pero esta llegada de la fauna antártica, se da casi exclusivamente en la zona costera de la isla sin llegar a tener contacto con los habitantes de la Base, debido a que la misma se encuentra instalada en la meseta que está en su parte más elevada (220 metros sobre el nivel del mar), distante unos 3 kilómetros al punto más cercano del mar y casi 7 kilómetros hasta la ubicación de la pingüinera; con el agregado que en la meseta dicha fauna no tiene la posibilidad de conseguir alimento para su subsistencia.
Por lo tanto, para poder observar y disfrutar del espectáculo que brinda la importante y nutrida colonia de pingüinos adelia, es necesario programar la visita con tiempo debido a que la misma demanda varias horas y la consideración de algunos factores importantes.
Para aquellos que desarrollabamos labores y teníamos responsabilidades en la Base, debíamos disponer de un día libre de dichas labores (las responsabilidades nunca dejan de estar presentes por más que se tenga un día libre de labor), se debía conformar un grupo de por lo menos 4 personas (para poder auxiliarse mutuamente en caso que alguna tuviera algún inconveniente en el trayecto), la meteorología debía ser óptima durante las horas previstas de salida y llega (entre 6 y 8 horas), verificar los horarios de la marea baja (para realizar el trayecto por la costa marina libre de agua), se debía contar con autorización expresa del Jefe de Base y disponer de suficiente cantidad de alimentos, bebidas y elementos de protección personal (protector solar para la piel, anteojos con filtro UV, guantes, medias y remera de repuesto, calzado adecuado).
La mayoría de los integrantes de la Dotación 44 pudieron visitar estas aves tan simpáticas, curiosas y amigables. En mi caso tuve la posibilidad de realizar la visita el día 15 de diciembre de 2012 junto a un grupo de 12 personas más conformado por otros integrantes de la Dotación 44 de la Base Marambio y personal del Ejército de la Dotación saliente que se encontraba en nuestra Base a la espera de ser trasladados a Río Gallegos. Tuvimos un día de excelentes condiciones meteorológicas, partiendo de las instalaciones poco antes de las 09:00 horas, realizando el trayecto mientras disfrutábamos de la vista de un mar con su intenso color azul salpicado con trozos de hielo de un blanco inmaculado, de la caída de innumerables chorrillos de agua de deshielo por las laderas de la escarpada costa de la isla, de la compañía de gaviotas que se veían sorprendidas por nuestra presencia y la gran cantidad de krill que quedaba atrapado en pequeñas lagunas que se formaban en la playa como consecuencia de la retirada del mar durante la bajante de la marea.
Llegamos a Punta Pingüino a las 13:15 horas en donde permanecimos por espacio de una hora y media aproximadamente. Durante ese tiempo aprovechamos a recorrer el lugar, fotografiar los pingüinos adultos con sus huevos y crías de pocos días de vida, ver cómo los skúas permanecían al acecho del descuido de los pingüinos adultos y así comerse algún huevo o "llevarse" alguna indefensa cría para alimentarse y, antes de emprender el regreso, compartimos el almuerzo bajo un sol a pleno mientras observábamos el ir y venir de los adelia adultos al mar en busca de alimentos para ellos y sus crías.
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Vista de la costa este de la Isla Marambio |
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Descenso desde la meseta hacia el mar por el sector de la Planta Trnasmisora |
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Autor de la nota junto al primer médico de la Campaña el Dr. Daniel Pujol |
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Playa de la costa este de la Isla Marambio en tránsito hacia Punta Pingüino |
Toda esta actividad en la pingüinera la debimos realizar teniendo en cuenta y respetando las normas vigentes en materia de preservación de la fauna antártica vigente en los tratados y convenios internacionales, que impide tener contacto directo con la misma, no alimentarlos, no interrumpirle sus vías de circulación y no realizar actos que los perjudique.
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Vista de un sector de la pingüinera |
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Lugar en donde se encuentra la referencia histórica de la expedición de Otto Nordenskjöld |
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Pingüino alimentando a su cría |
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Skúa enfrentado a un pingüino esperando un descuido para alimentarse de su huevo o su cría |
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Pingüinos yendo al mar en busca de alimento |
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Skúas al acecho |
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El autor de la nota junto a un "cascote" de hielo varado en la playa |
Fue una jornada inolvidable que disfruté con mucha intensidad en compañía de lo compañeros de paseo, llegando de regreso a las instalaciones de la Base cerca de las 16:00 horas, sumamente cansado debido al esfuerzo que demandó, fundamentalmente el descenso de la meseta hacia el mar y luego al regreso, el ascenso; en el que se debieron sortear pendientes de entre 30 y 60 grados de inclinación en una superficie inestable en la que se mezclan arena, hielo, nieve, arcilla y piedras.
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Ascendiendo hacia las instalaciones de la Base por la "chacarita" |
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El autor de la nota junto al S. Aux. Gustavo González, S. Aux. Martín Avila, C 1º Maximiliano Alvarez Bulfón y el C.P. Fernando Aimi (todos de la Dotación 44) |
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El autor de la nota junto a parte del grupo que realizó la visita a la pingüinera |
Pero este, no fue el único paseo que realicé, traté de aprovechar todas las oportunidades que me daban los distintos momentos y situaciones vividos durante la Campaña para conocer lo más posible tanto la Isla Marambio como otras Bases y lugares de este hermoso y sorprendente Continente Blanco, que espero poder seguir compartiendo con los seguidores de este blog.
Autor: Com (R) Horacio Carlos Alassia
Que hermoso lugar lindo para verlo de serca ,..
ResponderEliminarAsí es .... vale la pena llegarse hasta allí cuando estás trabajando en la Base Marambio!!!
Eliminarque grande la pingui un orgullo personal conocer ese lugar, es algo mágico voy a la antártida desde el año 1993 y mi última campaña fue en el 2010/2011 y fui muchas veces. Agradezco a Dios por la bendición de conocer la Antártida. BENDICIONES A LA NUEVA DOTACION
ResponderEliminarEs ese encanto especial que tiene este lugar único en el mundo, esa magia a la que te referís es lo que me impulsó a compartir mi experiencia personal para que personas de todo el mundo que tienen el interés por conocer un poco más de lo qué es el Continente Antártico, lo puedan hacer a través de este blog. Me gustaría saber quién sos. Gracias
EliminarFabuloso,sin palabras algo sobrenatural,dichosos los que pueden disfrutarlo.
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