El agua que alimenta el cuerpo
La obtención del agua para la
vida en la Base Marambio no es una tarea sencilla sino que se encuentra
supeditada a distintas variables que, en su mayoría no son manejables por el
ser humano, y que deben ser observadas cuidadosamente a los efectos de poder
obtener el mejor resultado según la evolución de las mismas. La apreciación
errónea de dichas variables y su posible evolución, puede llegar a derivar en
consecuencias que pueden poner en riesgo el normal desenvolvimiento de la Base.
Hay dos maneras para obtener agua
en Marambio:
1. Una es en su forma líquida colectando el agua
que se genera con motivo del derretimiento del hielo y la nieve acumulada en la
meseta, situación que se da cuando la temperatura ambiente supera los 0º
centígrados;
2. La otra forma es forzando el derretimiento artificialmente
mediante el uso de elementos técnicos disponibles para tal efecto, cuando la
primera opción no es posible.
Cuando la temperatura ambiente
supera los 0º centígrados, que comienza a darse generalmente a partir del mes
de noviembre y puede llegar hasta el mes de abril, con la ayuda de la
irradiación solar que impacta severamente sobre la superficie de la Antártida
durante estos meses, comienza a producirse el derretimiento natural del hielo y
la nieve acumulada entre las instalaciones de la Base, generando pequeños
canales por donde se va escurriendo el agua siguiendo la pendiente descendente buscando
llegar al Mar de Wedell como destino final. Pero antes que esa agua abandone la meseta de
la Isla, es colectada por dos importantes lagunas artificiales, que fueron hechas
por integrantes de Dotaciones anteriores hace varios años, con el objeto de
utilizarla para satisfacer la necesidad de este indispensable elemento para la
vida de las personas.
Estas lagunas se encuentran
cercana a las instalaciones principales de la Base (a unos 150 metros aproximadamente) y, mediante un sistema de bombas hidráulicas, mangueras y tuberías, se envía el
agua hasta dos grandes cisternas con capacidad de 20 metros cúbicos cada una,
que se encuentran dentro de dichas instalaciones, para luego ser tratada y
distribuida para sus distintos usos. Durante nuestra campaña pudimos comenzar a
utilizar las lagunas a partir del 16 de noviembre de 2012.
Gran parte del agua se la destina para ser utilizada en la higiene personal, lavado de ropa, sanitarios y limpieza del alojamiento;
y una porción menor es tratada mediante el uso de un sistema de filtros y adición
de químicos para convertirla en apta para el consumo humano como bebida y para la cocción de los alimentos. Esta última agua, está sujeta a
control y análisis periódicos que se realizan sobre muestras que son enviadas a la
ciudad de Río Gallegos (en los vuelos LAN) a fin de asegurar su calidad y
salubridad.
Sector de Lagunas y Casilla de elementos de bombeo |
Realizando mantenimiento al dique de contención de las lagunas |
Laguna inferior |
Cisternas de almacenamiento mayor de agua y bombas de elevación. |
Cuando la laguna ya no tiene más
agua en estado líquido, se utiliza la famosa y muy conocida “chancha” para
derretir el hielo y la nieve. La “chancha” es una gran batea que en su base
cuenta con una serpentina por la que circula aceite caliente que permite
derretir dicho hielo y nieve, con capacidad para producir 2000 litros de agua
por cada vez que se la completa la batea con la nieve y el hielo a derretir. Luego de
logrado el derretimiento, el procedimiento que se aplica es el mismo que el
utilizado para el agua obtenida de las lagunas.
Cuando se va el verano y las
temperaturas permanecen siempre por debajo del 0º, las lagunas se comienzan a
congelar, pero como el volumen del agua es importante y la profundidad llega casi a los dos metros en su parte
central, es posible seguir sacando agua perforando la capa de hielo que se
forma en la superficie e introduciendo una manguera para que succione el agua que
aún existe en estado líquido debajo de esa capa de hielo. Esto lo pudimos
realizar hasta el mes de junio inclusive, gracias al esfuerzo realizado por los
plomeros y un grupo de voluntarios liderados por el Coordinador.
Entre ambas formas de obtención del agua existen
algunas diferencias que son importante que las conozcan. Una de las grandes diferencias es que el uso
del derretidor demanda mucho más tiempo de trabajo a un mayor número de
personas y consume una cantidad importante de combustible para el calentamiento
del aceite y la otra gran diferencia es que el agua obtenida de las lagunas es
más limpia y abundante, no demanda consumo extra de combustible, coincidiendo con la época del año en que la Base tiene
su pico de consumo de agua debido a la gran cantidad de gente que la visita por
el desarrollo de la Campaña Antártica de Verano.
Derretidor de hielo y nieve (chancha) |
Cargando el derretidor mediante una pala mecánica |
S.A. Horacio Marco (plomero) junto al derretidor listo para "hacer agua" |
Pala mecánica juntando nieve para el derretidor |
Perforación de la capa congelada de la laguna para extraer agua |
El agua que alimenta el alma
La Isla Marambio tiene
acotadas dimensiones (14 Km. de largo por 6 Km. de ancho en su parte más
ancha), su forma es irregular y cuenta con una meseta a 220 metros sobre el nivel del mar, lugar más elevado de la Isla y donde se encuentra construida la pista y todas las instalaciones de la Base Marambio. Esto hace que el lugar en donde habitamos se convierta en un verdadero
balcón natural con una inmejorable vista al Mar de Weddel.
Este privilegiado contexto
geográfico le permiten a cualquier visitante de la Base admirar el espectáculo
que nos brinda dicho mar, que tiene sus variaciones y cambios dependiendo de la
época de año que se trate, de la hora del día, de la inclinación con la que
impactan los rayos solares sobre su superficie, sobre la variación que se da en
su conformación de sólido a líquido y viceversa, en los variados y movedizos
témpanos que viajan sobre su superficie, en el congelamiento total del agua, en
el azul intenso cuando grandes porciones se derriten completamente o cuando
reflejan los distintos colores y matices del cielo en su superficie.
Otra panorámica que podíamos observar era la visualización de grandes témpanos, islas y contornos geográficos ubicados a gran distancia de la Isla, llegando a ver algunos de estos elementos ubicados a 70 u 80 kilómetros. Como ese fenómeno era algo nuevo e inusual para mí, lo consulté con nuestros meteorólogos especialistas en la materia, quienes me dieron como respuesta que ese alcance visual era fruto de la diafanidad y pureza del aire sumado al achatamiento de la tierra en estas latitudes que hacen más lejana la línea de vista y del horizonte óptico.
Son esos espectáculos visuales
que alimentan el espíritu y que la descripción por medio de las palabras
siempre resulta escasa para poder captar y transmitir en toda su dimensión la
belleza expuesta ante nuestros ojos. Son esos momentos en los que uno vislumbra,
en la pequeñez de su ser, que lo que presenciamos es fruto y obra de un ser
superior creador.
Autor: Com (R) Horacio Carlos Alassia