El mes de noviembre es un mes muy especial para mi familia, es un mes muy importante en cuanto a la sucesión de acontecimientos que son motivo de festejos, encuentros y emociones; acontecimientos que adquieren un valor afectivo y se potenciaron debido a las particulares circunstancias de tener que vivirlos lejos de los seres más queridos y de los amigos de siempre. Pero esta lejanía fue solamente física, porque el amor de muchos y el cariño de otros, contribuyeron a que esa distancia física desapareciera casi por completo, quedando solamente pendientes la agradable sensación de una abrazo o de un cariñosos beso.
Sin duda alguna, la posibilidad que nos brindaron las distintas herramientas de comunicación, como el teléfono, Internet y aplicaciones como skype; colaboraron enormemente para poder compartir saludos, gestos, deseos, lágrimas y sonrisas, tanto de un lado como del otro.
Esos acontecimientos fueron el cumpleaños de mi ya fallecido Papá Miguel, que llegaba a sus 80 años de vida, el cumpleaños de mi hijo mayor Francisco y el mío propio, que por esas circunstancias providenciales de la vida, el nacimiento de Francisco y el mío, ocurrieron el mismo día, es decir un 13 de noviembre.
Para honrar a todos lo cumpleañeros, nos pusimos de acuerdo en organizar un festejo mensual para todos aquellos habitantes de la Base Marambio que cumplieran años durante el mes en curso, por lo que el último sábado de cada mes se preparaba una cena especial, en la que nombrábamos a todos los agasajados a los que, luego de apagar la tradicional vela encendida en la torta, le cantábamos el "feliz cumpleaños" y compartíamos el brindis con la mejor bebida con que contáramos en ese momento. Esta práctica, que la repetimos todos y cada uno de los meses de nuestra Campaña, contribuyó a afianzar la identidad del grupo, vivir muy buenos momentos en compañía de esta nueva "familia antártica" que se comenzó a forjar desde el momento mismo en que iniciamos nuestro curso pre-antártico y que se iba afianzando cada día más.
Otros que cumplieron años durante el mes de noviembre, fueron el el Encargado de Base Suboficial Principal Jorge Gutiérrez con el que liderábamos la nómina de personas de mayor edad dentro de los integrantes de la Dotación, el Suboficial Principal Horacio Betancour, encargado de Abastecimiento y el Cabo Principal Carlos Bowers, operador de Comunicaciones.
Pero, como podrán percibir, los momentos dedicados al ocio y los festejos eran eso, sólo momentos de escasa duración y el día a día en Marambio demandaba nuestra máxima concentración y disposición para llevar adelante las múltiples actividades que se desarrollaban. La situación que encontramos en relación con los medios técnicos de la Base no era perfecta ni mucho menos, y, en algunos de ellos, se evidenciaban deterioros importantes por diferentes motivos; como por ejemplo la obsolescencia de parte del material, el desgaste sufrido por el enorme esfuerzo al que son sometidos debido a las extremas condiciones climáticas bajo la cual deben funcionar, deficiencia en la realización de tareas de mantenimiento preventivo y la rotación anual del personal de la Base, ese pasa manos de especialista en especialista que afecta negativamente la continuidad y seguimiento adecuado de un eficiente mantenimiento.
Algunas máquinas y equipos comenzaron a tener roturas que, por su complejidad, requerían ser reparadas fuera de la Base y, su puesta fuera de servicio, comenzó a afectar el desarrollo de algunas actividades. Fue el caso del camión volcador utilizado para movimiento de carga y suelo (esencial para el mantenimiento de la pista y el movimiento general de la Base), el autoelevador utilizado para la operación de carga y descarga de los Hércules C-130, una camioneta para movimiento de personal, un tractor para remolque y un equipo de puesta en marcha de aeronaves utilizado también para los Hércules C-130 durante el tiempo de permanencia en la Base.
Para salvar esta problemática debimos poner en marcha tres cursos de acción, en primer lugar gestionar el refuerzo de personal de Transporte de Marambio con otro mecánico más (se sumó como refuerzo de Dotación el Suboficial Ayudante Albano Suárez); en segundo lugar debimos gestionar bodega en los vuelos LAN(1) para enviar a Río Gallegos y luego a Buenos Aires las máquinas que no se podían reparar en la Base y, por último, ajustar las coordinaciones con la Dirección de Asuntos Antárticos (DAA) a fin que los requerimientos sean atendidos lo más urgente posible. Este fue uno de los momento en que tuve que apelar a mi firmeza de carácter, a la experiencia y jerarquía para lograr obtener los resultados deseados; que fue complementado con el esfuerzo de los técnicos y especialistas con que contaba en la Dotación, que demostraron su capacidad y respondieron a la altura que las circunstancias le demandaron.
Otros que cumplieron años durante el mes de noviembre, fueron el el Encargado de Base Suboficial Principal Jorge Gutiérrez con el que liderábamos la nómina de personas de mayor edad dentro de los integrantes de la Dotación, el Suboficial Principal Horacio Betancour, encargado de Abastecimiento y el Cabo Principal Carlos Bowers, operador de Comunicaciones.
Pero, como podrán percibir, los momentos dedicados al ocio y los festejos eran eso, sólo momentos de escasa duración y el día a día en Marambio demandaba nuestra máxima concentración y disposición para llevar adelante las múltiples actividades que se desarrollaban. La situación que encontramos en relación con los medios técnicos de la Base no era perfecta ni mucho menos, y, en algunos de ellos, se evidenciaban deterioros importantes por diferentes motivos; como por ejemplo la obsolescencia de parte del material, el desgaste sufrido por el enorme esfuerzo al que son sometidos debido a las extremas condiciones climáticas bajo la cual deben funcionar, deficiencia en la realización de tareas de mantenimiento preventivo y la rotación anual del personal de la Base, ese pasa manos de especialista en especialista que afecta negativamente la continuidad y seguimiento adecuado de un eficiente mantenimiento.
Algunas máquinas y equipos comenzaron a tener roturas que, por su complejidad, requerían ser reparadas fuera de la Base y, su puesta fuera de servicio, comenzó a afectar el desarrollo de algunas actividades. Fue el caso del camión volcador utilizado para movimiento de carga y suelo (esencial para el mantenimiento de la pista y el movimiento general de la Base), el autoelevador utilizado para la operación de carga y descarga de los Hércules C-130, una camioneta para movimiento de personal, un tractor para remolque y un equipo de puesta en marcha de aeronaves utilizado también para los Hércules C-130 durante el tiempo de permanencia en la Base.
Para salvar esta problemática debimos poner en marcha tres cursos de acción, en primer lugar gestionar el refuerzo de personal de Transporte de Marambio con otro mecánico más (se sumó como refuerzo de Dotación el Suboficial Ayudante Albano Suárez); en segundo lugar debimos gestionar bodega en los vuelos LAN(1) para enviar a Río Gallegos y luego a Buenos Aires las máquinas que no se podían reparar en la Base y, por último, ajustar las coordinaciones con la Dirección de Asuntos Antárticos (DAA) a fin que los requerimientos sean atendidos lo más urgente posible. Este fue uno de los momento en que tuve que apelar a mi firmeza de carácter, a la experiencia y jerarquía para lograr obtener los resultados deseados; que fue complementado con el esfuerzo de los técnicos y especialistas con que contaba en la Dotación, que demostraron su capacidad y respondieron a la altura que las circunstancias le demandaron.
A los pocos días de iniciadas las coordinaciones con la Dirección, pudimos intercambiar el autoelevador dañado por uno que se encontraba en Río Gallegos, logrando con ello recuperar la capacidad plena para recibir y enviar carga paletizada (2) por medio del Hércules. En el caso del otro material con inconvenientes, las soluciones se fueron obteniendo en la medida del arribo de los repuestos (excepto el caso del camión y la camioneta que fueron enviados a Buenos Aires y no los volvimos a tener durante el resto de la Campaña) y la asistencia de personal técnico que era comisionado a la Base para atender temas muy complejos cuando los mismos superaban el conocimiento de nuestro personal.
Otro inconveniente que se presentó en esos días de noviembre, fue el relacionado con la imposibilidad que tuvo el Grupo de Trabajo destacado en la Base para realizar las tareas de acondicionamiento del Hangar para que pudieran operar los helicópteros MI 171-E durante la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2012/2013 según el cronograma previamente establecido. La causa de este contratiempo fue puramente logística, al no contar en la Base con la materia prima necesaria (perfiles y vigas de hierro de distintos tamaños) para ejecutar en tiempo y forma la tarea planificada. Esta demora estuvo originada en la cadena logística en la que intervino como organismo ejecutor de la compra, la Oficina Logística para la Defensa dependiente del Ministerio de Defensa. La evolución de esta situación era informada periódicamente a la Dirección de Asuntos Antárticos (DAA) a fin que se tenga en consideración que era muy factible que los trabajos no se terminaran a tiempo y la dificultad que tendrían los mencionados helicópteros en operar en Marambio sin la posibilidad de utilizar el hangar para su mantenimiento, a los efectos de definir si se mantenía el plan de traslados de lo MI 171-E o se operaría con los Bell 212 como se venía realizando habitualmente.
Por lo tanto, los 17 especialistas integrantes de Grupo de Trabajo Hangar liderados por el Capitán Rueda, pudieron realizar sólo algunas de las tareas previstas hasta que se agotó el material disponible que llegaba en los Hércules a cuentagotas y a destiempo.
Debido a esta situación de no poder avanzar en su trabajo específico, le solicité su colaboración para realizar tareas de mantenimiento general de la Base, actividad que era asignada y supervisada por el Coordinador Mayor Saravia, a quien siempre le faltaba mano de obra para la realización de las innumerables actividades que se realizaban por esos días. Fue así que fueron asignados para sumarse a las actividades colaborando en la reparación y repintado de las pasarelas, la impermeabilización de techos del alojamiento principal, la recuperación de la casa de emergencia, la liberación de salidas de emergencia obstruidas por las intensas nevadas, etc.; transformado lo que era un hecho negativo para una tarea (el hangar) en algo positivo para el resto de las necesidades de la Base.
Autor: Comodoro (R) Horacio Carlos Alassia
(1) LAN: Vuelos Logístico Antártico que realizan los Hércules C-130 e implica varios cruces entre Río Gallegos - Base Marambio - Río Gallegos hasta completar la tarea planificada.
(2) Carga de diverso tipo y volumen acondicionada sobre pallets metálicos especiales para aviones Hércules C-130.
(3) Los invito a visitar este sitio en el que podrán ver el rostro de cada uno de los integrantes de la Dotación 44. Otro inconveniente que se presentó en esos días de noviembre, fue el relacionado con la imposibilidad que tuvo el Grupo de Trabajo destacado en la Base para realizar las tareas de acondicionamiento del Hangar para que pudieran operar los helicópteros MI 171-E durante la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2012/2013 según el cronograma previamente establecido. La causa de este contratiempo fue puramente logística, al no contar en la Base con la materia prima necesaria (perfiles y vigas de hierro de distintos tamaños) para ejecutar en tiempo y forma la tarea planificada. Esta demora estuvo originada en la cadena logística en la que intervino como organismo ejecutor de la compra, la Oficina Logística para la Defensa dependiente del Ministerio de Defensa. La evolución de esta situación era informada periódicamente a la Dirección de Asuntos Antárticos (DAA) a fin que se tenga en consideración que era muy factible que los trabajos no se terminaran a tiempo y la dificultad que tendrían los mencionados helicópteros en operar en Marambio sin la posibilidad de utilizar el hangar para su mantenimiento, a los efectos de definir si se mantenía el plan de traslados de lo MI 171-E o se operaría con los Bell 212 como se venía realizando habitualmente.
Por lo tanto, los 17 especialistas integrantes de Grupo de Trabajo Hangar liderados por el Capitán Rueda, pudieron realizar sólo algunas de las tareas previstas hasta que se agotó el material disponible que llegaba en los Hércules a cuentagotas y a destiempo.
Debido a esta situación de no poder avanzar en su trabajo específico, le solicité su colaboración para realizar tareas de mantenimiento general de la Base, actividad que era asignada y supervisada por el Coordinador Mayor Saravia, a quien siempre le faltaba mano de obra para la realización de las innumerables actividades que se realizaban por esos días. Fue así que fueron asignados para sumarse a las actividades colaborando en la reparación y repintado de las pasarelas, la impermeabilización de techos del alojamiento principal, la recuperación de la casa de emergencia, la liberación de salidas de emergencia obstruidas por las intensas nevadas, etc.; transformado lo que era un hecho negativo para una tarea (el hangar) en algo positivo para el resto de las necesidades de la Base.
Autor: Comodoro (R) Horacio Carlos Alassia
(1) LAN: Vuelos Logístico Antártico que realizan los Hércules C-130 e implica varios cruces entre Río Gallegos - Base Marambio - Río Gallegos hasta completar la tarea planificada.
(2) Carga de diverso tipo y volumen acondicionada sobre pallets metálicos especiales para aviones Hércules C-130.
http://www.marambio.aq/dotaciones/44/index.html
Pintando los pasamanos de las pasarelas |
Impermeabilizando techos del alojamiento mediante la aplicación de membrana asfáltica |
Sacando nieva de las Salidas de Emergencia y ventanas |
Construyendo chimeneas para los calefactores en el Obrador |
Trasladando vigas y perfiles de hierro desde la pista al Obrador |
Bases y columnas construidas a la espera de su instalación |
Realizando pozos para instalar bases metálicas para amarre de Aeronaves |
No hay comentarios:
Publicar un comentario